DO Conca de Barberà

La DO de Barberà fue aprobada en 1985 por el Consejo Regulador, pero su historia vinícola se remonta en el siglo I aC con la romanización. Pero no fue hasta el siglo XII, gracias a dos instituciones, la orden de los monjes cisterencs de la abadía de Santa Maria de Poblet y la orden de los monjes-guerreros de los Templarios establecidos a Barberà, que transmitieron a la población de la zona los conocimientos y experiencias del cultivo de la viña. En el siglo XIX, esta región adquirió mucha importancia por la exportación de vino y aguardiente hacia el norte de Europa y el continente americano. Como característica histórica importante cabe destacar que la Conca de Barberà fue pionera en Catalunya, y al resto del Estado español, en la agrupación de los campesinos en cooperativas agrícolas vinculadas básicamente al sector vitivinícola, que beneficiaron a los campesinos y que impulsaron el cultivo de la viña en la DO.

La Conca de Barberà se sitúa en el norte de la provincia de Tarragona. El ámbito geográfico se concentra principalmente en la cuenca formada por la erosión de los ríos Francolí y Anguera y se extiende por 15 términos municipales con unas altitudes comprendidas entre los 350 y los 600 metros, hecho que proporciona unos vinos de carácter fresco, ligeros y con una gran expresión aromática. En general, podemos hablar de un clima mediterráneo de transición entre la suavidad de las comarcas tarraconenses del litoral, por la proximidad al mar, y la continentalidad propia de las comarcas leridanas con una gran oscilación térmica. Sin embargo, la combinación del relieve con la altitud contribuyen a la aparición de microclimas con notables particularidades. Los suelos mayoritariamente son calcáreos y pobres en contenido de materia orgánica pero, en algunas zonas, también encontramos suelos arcillosos con un característico color cobrizo y suelos de pizarra como podemos ver en el regazo de las montañas de Prades. A causa de los ríos, se encuentra una gran presencia de cantos rodados en el fondo de la Conca de Barberà.

La producción se reparte aproximadamente en un 62% de uva blanca y un 38% de uva negra. Los vinos tienen su referente diferenciador en la variedad autóctona de uva negra de la Conca de Barberà, el Trepat, que proporciona una buena acidez y una graduación alcohólica mediana muy característica. Al ser una variedad con poco color se ha utilizado mayoritariamente para la elaboración de vinos y cavas rosados. Pero desde hace unos años algunas bodegas de la DO Conca han apostado por elaborar vinos tintos con esta variedad. Además, aparte de los monovarietales, también encontramos el Trepat utilizado con coupage con otras variedades para dar a los vinos de la Conca un toque y un estilo diferentes. Otras variedades que podemos encontrar en la DO son el Macabeo, el Cabernet, el Chardonnay, la Garnacha, el Chenin, el Moscatel de grano pequeño y de Alejandría, el Merlot, el Sauvignon, el Pinot Noir, el Syrah, el Tempranillo y el Samsó.

Descubre un viaje cultural por la denominación de la Conca de Barberà, una zona característica por el patrimonio histórico vinculado a la viña y la arquitectura. Visita sus bodegas o únete a las diferentes actividades como la Fiesta del Trepat, una fiesta específica en honor a la variedad autóctona de la DO.