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¿Cómo conservar una botella de vino abierta?

9 de septiembre de 2021

Si has llegado a este artículo, es porque te estás haciendo la pregunta del millón: ¿Cómo conservar un vino una vez abierto?

Anoche tuviste una cena con amigos y a pesar de todos tus esfuerzos, la botella no se terminó y ahí está, mirándote con ojos tiernos. Cada día, especialmente tras una dura jornada de trabajo, bebes un poco, sorbo a sorbo, porque te gusta disfrutarlo en pequeñas dosis. Sin embargo, es un placer efímero porque antes de que te des cuenta, ya no puedes beberlo. El vino lleva tanto tiempo abierto que se ha puesto malo. Es un momento frustrante, incluso trágico, pero lo bueno es que todos hemos pasado por él y no estás solo.

¿Cuánto tiempo hay que guardar un vino abierto? ¿Cómo se puede ralentizar su oxidación? ¿No decían que el vino mejora con el tiempo? Aunque suene muy dramático, abrir una botella de vino supone iniciar un proceso de deterioro, que al igual que la vejez, no tiene vuelta atrás.

Está claro que lo mejor que puede hacerse con una botella una vez abierta es bebérsela, pero como esto no siempre es  posible, te contamos los consejos, trucos y recomendaciones básicas de expertos para conservar el vino cuando ya hemos abierto la botella y tratar de mantenerlo en su máxima expresión durante el mayor tiempo posible.

¿Se puede realmente conservar una botella de vino abierta?

¿Dónde queda eso de que “eres como el vino, mejoras con los años”? El vino siempre ha sido conocido por su capacidad tanto de progresar con el paso del tiempo como se guarda durante largos períodos. Sin embargo, esto ocurre sólo mientras la botella está cerrada, porque tan pronto como se quita el tapón, comenzará a deteriorarse por la exposición al oxígeno.

Abrir la botella supone un cambio muy drástico para el vino. Al retirar el corcho, el oxígeno entra en la botella,  el líquido entra en contacto con él y se empiezan a disipar los componentes volátiles que contiene. En este momento comienza el llamado proceso de «oxidación del vino» una reacción química que transforma el vino y que provoca que vaya perdiendo su aroma, sabor y calidad.

Incluso en algunos casos extremos, lo hace tan difícil de beber que parecerá vinagre. Un vino oxidado (que no es lo mismo que un vino rancio) es un vino que tiene mal aroma y mal sabor. No necesitas ser un experto para reconocerlo: lo notarás en cuanto lo pruebes.

De hecho, lo primero que se debería hacer tras abrir una botella de vino es servir un poco en una copa y moverlo, acelerando el proceso y facilitando la liberación de las aromas.

Este es el procedimiento correcto y adecuado para que el vino despierte, pero como hemos dicho no tiene vuelta atrás. La oxigenación del vino lo irá deteriorando progresivamente, de la misma manera que los compuestos volátiles irán desapareciendo y lo único que podemos hacer, en la medida de lo posible, es tomar las medidas necesarias para ralentizar ambos procesos.

¿Cuánto dura el vino una vez abierto?

La duración del vino en un estado aceptable una vez abierta la botella varía según el tipo de vino y la edad. Eso sí, tengamos claro que no va a durar ni semanas ni meses. De hecho, suele durar menos de lo que nos imaginamos, como media unos dos o tres días después de su apertura se estropeará. De una manera muy genérica podríamos decir que, una vez abierta la botella la durabilidad de los vinos es la siguiente:

  • Los más jóvenes duran más que los más viejos
  • Los vinos tánicos durarán más que los más ligeros. Es decir, Cuantos más taninos tenga el vino, más durará la botella abierta.
  • Cuantos más aromas afrutados tenga el vino, más frescura perderá.

¿Duran más los vinos blancos o los vinos tintos?

  • Si el vino es tinto, dura más que los rosados y blancos, que solo aguantarían tres, cuatro días o incluso menos.
  • Mientras que el vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos durará unos 3 días, el vino tinto joven, sobre todo si tiene crianza, puede durar hasta una semana. Irá perdiendo aroma, sabor y calidad, pero se oxida con mayor lentitud que el vino blanco.
  • Los más volátiles y efímeros son los espumosos, aquí las diferencias entre el cava y el champagne, ya que son muy delicados por el carbónico que tienen y la cucharita en la botella tampoco conserva las burbujas. Podrían aguantar entre 24 y 36 horas si se cuenta con un buen tapón para espumosos, aunque lo ideal y conveniente sería beberlos prácticamente en el mismo día en el que se abre la botella.

¿Cómo guardar y conservar un vino abierto? - Trucos

A grandes rasgos, los mayores enemigos a la hora de saber cómo conservar un vino abierto son el oxígeno, los cambios de temperatura extremos y la luz. Es por eso que es importante saber después a qué temperatura se sirve cada vino.

No mantener el vino abierto en la mesa

En primer lugar es primordial volver a tapar la botella para evitar que siga entrando el oxígeno. Aunque ya haya oxígeno en su interior, si nos aseguramos de que esté bien cerrada así evitaremos que siga entrando aire de manera continuada

Si sabemos de antemano que nos va a sobrar vino, no hay que mantenerlo abierto en la mesa. Deberíamos servir el vino que necesitemos en una jarra o decantador, tapar el restante y refrigerarlo.

¿Cómo tapar un vino después de haber estado abierto?

Una vez claro que debemos tapar la botella inmediatamente, los sumilleres defienden que sea con su propio corcho o un tapón especial. Si está dañado o no conservamos su propio corcho, hay accesorios especializados como tapones especiales para vino que sellan herméticamente la botella o bombas de vacío, que extraen el aire de la botella alargando así mucho más la vida del vino abierto. Ambos productos están disponibles a precios muy asequibles en muchas tiendas de vino y especializadas.

Cambiar el vino de recipiente

También se puede cambiar el vino a una botella de cristal más pequeña que se pueda cerrar fácilmente para minimizar la cantidad de oxígeno. Especialmente si tan solo queda vino para una o dos copas, porque cuanto menos vino quede en la botella, mayor proporción de oxígeno y presencia de aire habrá en su interior y, por tanto, menos durará.

Nevera, ¿sí o no?

En este punto los especialistas son rotundos. Sí, lo más conveniente es que conservemos la botella de vino en la nevera.

Es preferible así porque, al igual que sucede con los alimentos, el frío ralentizará su degradación y aunque la oxigenación no se detiene, se producirá de forma más lenta. Refrigerar el vino puede hacer que éste pierda cualidades, pero tengamos en cuenta que perderá muchas más si está abierto a temperatura ambiente. 

Temperatura idónea

Lo ideal es una vinoteca que lo mantenga a una temperatura constante, entre los 12 y 16 grados. Antes de consumirlo, es recomendable retirar el vino del refrigerador con antelación, entre dos y tres horas antes. Esto permitirá que lo podamos degustar a la temperatura adecuada. 

Evitar la luz

La luz solar directa incidiendo sobre la botella estropea el vino. Ojo con mantener el vino en la terraza durante una sobremesa estival, pues incluso esta breve exposición a la luz puede causar reacciones químicas afectando negativamente a su sabor.

Si no hay posibilidad de guardar la botella en una nevera o vinoteca, lo idóneo es conservar el vino en un lugar oscuro y fresco en el que la temperatura ambiente no supere los 22 grados.

Colocar el vino en posición vertical

A diferencia de la recomendación de mantener las botellas en posición horizontal cuando están cerradas, una vez abiertas y convenientemente tapadas, se deben colocar verticalmente, ya que, sino aumentaría la superficie de contacto del aire con el vino.

Cuando la botella aún no se ha estrenado el corcho debe permanecer en contacto con el vino, pero cuando está abierta hay que guardarla de pie para que el oxígeno que pueda haber dentro de la botella esté en contacto con la mínima superficie de vino posible. De esta manera, entra menos aire en la botella, la oxigenación será más lenta y será mejor para su conservación.

Todas estas recomendaciones pueden servirte para ralentizar la oxidación del vino, pero ninguna de estas medidas es definitiva, así que el mejor consejo que te podemos dar para disfrutar del sabor auténtico del vino es que acabes la botella. ¿Cómo conservar un vino abierto? Lo mejor, sin duda alguna, es bebérselo.

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